miércoles, 1 de diciembre de 2010

ASAJA Málaga aconseja desconfiar de las ofertas agresivas de aceite de oliva virgen extra

ASAJA Málaga - Nadie da duros a pesetas. Este dicho popular viene a medida para definir lo que ocurre en algunas ocasiones con la venta de aceite de oliva y que ha salido a la palestra después de que Consumo de la Junta de Andalucía haya detectado, tras un muestreo en varios establecimientos, que producto etiquetado como aceite de oliva virgen extra, el más caro, no lo era y, en algunos casos, ni siquiera era virgen.

El aceite de oliva es alimento base de nuestra dieta y sin embargo sigue siendo un gran desconocido. De hecho, son muchas las personas que aseguran no saber la diferencia que existe entre un aceite de oliva virgen extra, un aceite de oliva virgen y un aceite de oliva sin más.

En este sentido, Asaja Málaga quiere explicar a los consumidores las características de cada uno de ellos para que elijan con criterio a la hora de comprar.

Según explica Baldomero Bellido, técnico de olivar de Asaja Málaga, el aceite de mayor calidad es el virgen extra, que se obtiene directamente de la aceituna y sólo mediante procedimientos mecánicos. Es zumo de aceituna. Presenta muy buen aroma y sabor y una acidez inferior a 0,8 grados. En la etiqueta sólo figura “aceite de oliva virgen extra”.

Le sigue en calidad el aceite de oliva virgen que, al igual que el extra, se obtiene directamente de la aceituna y sólo mediante procedimientos mecánicos. También es zumo de aceituna y se diferencia del extra en que puede tener algún pequeño defecto organoléptico (que el consumidor no llega a apreciar y sólo se descubre en catas especializadas). Tiene una acidez por debajo de 2 grados. En la etiqueta aparece “aceite de oliva virgen”.

El tercero de los aceites virgen es el denominado lampante (antiguamente se usaba para encender lámparas de aceite), aunque no llega al consumo con ese nombre. Es un aceite que debido a alguna causa, como enfermedad, plaga, condición climática desfavorable, excesiva maduración o recolección del suelo, presenta un elevado grado de acidez (superior a 2 grados) y un sabor u olor defectuoso, por lo que debe pasar por un proceso de refinación química para corregir estos defectos. Este tipo no se consume directamente, ya que se mezcla con aceite de oliva virgen o virgen extra.

El aceite de oliva, a secas, es el que resulta de mezclar el aceite lampante refinado, que conserva la estructura química básica del aceite de oliva pero sin olor ni sabor, con una cierta cantidad de aceite de oliva virgen o virgen extra, que le ese aportan aroma y sabor. En la etiqueta indica “aceite de oliva. Contiene exclusivamente aceites de oliva refinados y aceites de oliva vírgenes”.

Fuente: www.agroinformacion.com

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